sábado, 19 de mayo de 2012

Nameless here for evermore.

October 7th

Edgar... La pasión y el duelo, la belleza, el horror, la fascinación y el deseo... Tu sangre se agita en mis manos como un pez se retuerce por su vida. Odio esta parte de mí que cree que eres tú gimiendo dentro de mi más oscura locura, un sueño dentro de un sueño, una pesadilla diurna...
¿Qué más da, Edgar, si soy lo que soy, o lo que fui, o lo que sea?, ¿qué más da si no soy como tú?
Eres la inspiración, el éxtasis, la obra maestra, ¡eres sal, eres sangre, eres ceniza!... Eres esa nota angelical que resuena una y otra vez dentro de mi mente y mi garganta; mi luz, mi dios, mi vida...
Pasar una era entera de mi vida soñando contigo, con ese gobierno que tienes tú sobre mis pasos, con tu mente grisácea y tus ojos de gato, esperando ser vista algún día por ellos, eso lo puedes entender, lo puedes sentir a penas con las yemas de tus dedos muertos ciento cuarentaicuatro años antes de que el demonio arremetiera contra mi cerebro en formación para regalarme a ti.
¿Qué fue lo que hicimos, Edgar?, ¿qué fue lo que hiciste tú?
Me encendiste como una cerilla que ya no pudiste apagar nunca y se extendió abrasando al mundo, al destino, al mar y al cosmos entero esperando una respuesta, esperando al pájaro de ébano que salvara su vida y separara su alma de la tuya... y aquí estoy.
En esta Tierra ya no hay pájaro o bestia que se apiade de nosotros. A quien despreciamos en vida, hemos de amar en la muerte; no hay nadie más, eres sólo tú.
¡Es el viento y nada más!
Yo no soy Sombra, no soy la oscuridad en la que te sumergiste, ni el sueño que viste ahí, aquel que nadie más se atrevería a soñar... no soy el bufón valiente ni el humillado hambriento de venganza, no tengo los dientes que te obsesionaban ni el ojo que aborrecías, no soy a quien le descifraste la muerte ni a quien amaste incondicionalmente toda su vida... No soy esas manos acariciando a las musas, tus manos de mujer, que aunque nunca me tocaron, me dejaron vibrando el corazón para que contara historias ocultas debajo de un piso de madera.
Yo no soy la rara y radiante virgen que por los ángeles fue nombrada, sólo soy el espejo que rompiste una y otra vez y la eternidad con la que soñaste... Aquí ya sin nombre, para siempre.

1 comentario:

Omar ledezma dijo...

Wow amor... Sencillamente sin palabras, mejor dicho no pudo estar, sabia que tu le harias el honor que merece Poe y si definitivamente es justo como acabas de hacerlo. me pongo de pie y te ovaciono. Lo ame y no hay mas palabras para poder describir esa sensacion de mi piel enchinandose a cada parrafo que avanzo. te admiro en verdad. Te amo.