miércoles, 20 de octubre de 2010

who really cares anymore?

La verdad es que ya me estoy cansando de que toda mi vida se trunque de pronto en una desdichada grieta profunda que existe en medio de todo, porque existe un todo, aunque a veces se me destruya también. Estoy cansada de dejar que todo lo bueno se fugue por esa grieta y se me escape cuando está tan cerca de llegar al centro.
Sé perfectamente que es mucho mejor así, porque a lo mejor el amor es bueno en un principio pero después se pudre, como todo, porque todo lo que existe en este mundo tiene fecha de vencimiento, absolutamente todo. No quiero entregarme por completo a un término perecedero, porque no soy así, porque soy de las personas de huyen, de las personas que ocultan, de las que mienten, de las que traicionan, de las que nada puede realmente destruir con excepción de ellas mismas. Yo no podría hacer feliz a nadie, ésa es la razón por la cual nadie nunca se va a enamorar de mí, afortunadamente.
He aceptado ahora las cosas como son, ya no me importa el imbécil sentimiento de culpa ni mi miseria mártir que a nadie le importa, ya sólo busco la estabilidad emocional momentánea que necesito. Porque la necesito, no por algún otro fin más idiota. Y aclaro: momentánea, porque sé que conmigo la estabilidad completa es imposible, porque ahora me conozco perfectamente y sé cuáles son mis reacciones ante cuáles acciones. Hasta ahora no he tenido ataques de incoherencia psicótica ni nada que se le parezca, no desde la semana pasada, al menos.
No estoy dispuesta a sentirme así de confundida otra vez, no quiero involucrar a nadie más en esto, sería injusto y, si de verdad quiero ser la mejor persona posible (lo cual es una misión un poco titánica por la complejidad de mi ser autodestructivo), no voy a herir a nadie más.
No sé cuánto dure esta visión tan 'radical' de mi vida, pero por un momento me gustaría que durara todo el tiempo de ella, porque no quiero volver a sentirme triste, ni mucho menos a sentir lástima por mí misma. Desde hace mucho tiempo supe que debía cambiar, hay cosas que no puedo dejar porque eso significaría mi muerte, pero tengo que sobreponerme ante las otras causas más innecesarias de mi antiguo ser, evaluar con exactitud lo que quiero y lo que necesito, porque para mí nunca han sido las mismas cosas.
Lo voy a lograr, ya no importa mucho el tiempo, supongo que el tiempo realmente nunca ha significado lo mismo para nadie, porque, como he mencionado antes, hay cosas que todo el mundo conoce pero que, al mismo tiempo, nadie tiene la misma opinión de ellas, como el amor, el arte y la belleza. Y hay cosas que definitivamente NO están hechas para todos, como el talento, la felicidad y la inteligencia.
No sé todavía con qué dones he sido bendecida, pero sé mi opinión exacta de lo que he vivido, sé que no ha sido un desperdicio de tiempo, desde hace mucho que sé que siempre voy a estar sola y, por primera vez, me he dado cuenta de que no va a ser tan malo. De hecho, sé que será mejor, así nadie tendrá que lidiar conmigo, con la monstruosamente obsesiva persona que puedo ser. A nadie tendré que obligar a quedarse para siempre, porque estoy muy segura de que eso es lo que inevitablemente sucedería si alguna vez alguien cometiera el error de escogerme a mí.
Me siento muy orgullosa de mí misma, he vencido dos de los más grandes temores de mi vida (supongo que los únicos): quedarme sola y ser olvidada. En mi fuero interno sé que ambas cosas, invariablemente, sucederán. Pero le sucederán a todos y sólo puedo estar segura de que ninguno está realmente preparado para eso ni lo ha estado por tanto tiempo, como yo.
De cualquier manera, este mundo no se irá sin haberse llevado antes una prueba de que estuve viva, una obra, la que sea, de las muchas que tengo en mente; un papel que diga mi nombre y me acredite como una persona productiva, incluso en la más vil de las maneras... No, esperen, eso ya lo tengo.
Bien, parece que puedo ir en paz. Pero no ahora, no aún...

jueves, 14 de octubre de 2010

Nunca imaginé sentir dolor entre tus brazos

"Suéltame, si me amaras no me harías esto."- No sé cuántas veces tuve que repetírtelo, no sé cuánto tuve qué pelear para liberarme de la furia infernal de tu cuerpo.
No sé qué es lo que siento ahora... porque no quiero culparte, y al mismo tiempo no quiero recordar el vapor al rededor nuestro, mis gritos y la desesperación que sentí. Tampoco quiero recordar esa mirada tuya: endemoniada, psicótica... psicotrópica. Como si no fueras tú, como si fueras un maldito lunático, no quiero recordar el PUTO miedo y el PUTO asco que no me dejan en paz desde que te fuiste.
Ya no sé qué es lo que debo hacer.
Tú prometiste que nunca me harías daño...
Mira qué vueltas da la vida, la última vez que te vi, te rogué por lo que me obligaste a hacer hoy. No lo entiendo, ¿por qué? Podías habérmelo pedido y tú sabes que hubiera funcionado igual... Y hubiera sido mejor y yo estaría feliz y no me sentiría tan nauseabunda y absurda escribiendo esto para ti. Porque sabes que eres mi amigo y que te quiero pero... ahora te tengo miedo.
No hay nada que me de más miedo que pensar que te dejarás arrastrar por tu demonio interno y que me vas a volver a lastimar. No hay nada que tema más.
¿Crees que quiero que pierdas tu libertad por eso? No. No, porque estoy perfectamente consciente de que lo hubiéramos hecho, tarde o temprano... es sólo que eso me hace confundirme más.
Y si prefieres vivir lejos de mí a vivir sin que te perdone... entonces LÁRGATE, ya te lo dije, huye mientras puedas. Es la única solución.