martes, 3 de mayo de 2011

Split

¿Será posible la división?

Mi constitución material está llegando al punto de quiebre, hay varias cosas que tiran de mí hacia lados distintos, creo que cuando al fin me rompa me dividiré en pedacitos pequeños para que cada quien tenga lo que quiere de mí.

El servicio a la comunidad, mi insistente manera de bromear conmigo misma, con lo que quiero y con lo que no quiero, mi indecisión de mujer, mi naturaleza de tornado (lo devoro todo y lo devuelvo desecho), mi falta de perspicacia y mi innata apatía... todo está volviéndose en mi contra, o a mi favor, pero todo está actuando al mismo tiempo.


No quiero dejar de saber qué es lo que quiero, no quiero encontrarme de pronto con que no sé qué buscar.


Si hay algo que me gusta tener (y está por demás mencionar que me gusta tenerlo todo) es el control. No puedo perderlo, mucho menos por mi causa, ¿me doy a entender? Una tras otra, la vida me las guarda todas para el final, como yo cuando guardo lo mejor para disfrutarlo después y echarlo todo a la basura. Es lo mismo. Nadie tiene más de lo que da, ¿verdad? Y pensar que antes sólo podía necesitar de un cuaderno y una pluma, o, peor aún, de una pared y una pelota, como cualquier niña de quien nadie necesita. Y que no necesita de nadie.

Y de pronto me convertí en esto... de pronto parece irrelevante.

No sé por qué ahora que no podía importarme menos estar por mi cuenta o no, todo parece necesitarme en su cuenta. Es una tontería... parece que al final esto ya no es eso lo que necesito... porque volví a ser quien sólo necesitaba un trozo de pared dónde escribir para no sentirse sola.

¿Y todo lo que vengo cargando? Porque yo sola me lo busqué, porque anduve dando traspiés para conseguir que la gente me necesitara, porque yo necesitaba eso, y al final, ¿para qué?

Sí, al diablo, pero no puedo hacerlo. No soy de las personas que defraudan otras personas.

Quizá eso es lo mejor que tengo, como bien social, quiero decir. De alguna forma se le debe retribuir a esa sociedad que nos ha dado dinero y estabilidad hormonal.


La cosa es que soy una persona egoísta por naturaleza, como todos pero quizá más descarada. ¿Por qué no decirlo tan sencillo como eso? sí, pienso en los demás, sí, hago cosas por las personas que me importan, sí, soy respetuosa con aquellos que se lo merecen y sí, daría mi vida por algunos de ellos pero... en realidad no es nada que deba ser considerado honorable, es algo más bien heredado, aprendido, como el lenguaje que tanto amo o algo estúpido como ponerse los calzones debajo del pantalón. Eso sólo eso.

¿Qué me nace en verdad? Pues que AMO de una manera que ni yo misma puedo creer. No sólo a la persona a la que amo con infinita e inaceptable devoción, sino algunas cosas más, que pueden ser tachadas de inservibles, inmorales, complicadas o estúpidas, pero que para mí adquieren un significado mágico y maldito, al mismo tiempo.

De cualquier modo, he aclarado ya que la sociedad para mí no significa nada más que estabilidad, e inlcuso en ese aspecto es temporal porque la sociedad siempre cambia, la gente siempre se va.

Así que las cosas que amo pueden ser consideradas de cualquier forma por ellos, después de todo, ¿qué saben ellos de eso?

Lo que sé yo, sólo yo lo sé... y uno que otro afortunado. Mi corazón y mi mente sólo son honestos conmigo, con los demás, que tan poco duraderos son, en realidad no importa si miento.


So, anyways, hay que cumplir con los compromisos. Tampoco soy de las personas que traicionan. No a alguien por quien pudiera sufrir en serio, aunque, sé de antemano que todas las personas me van a lastimar, es sólo que esta clase de cosas las escojo con cuidado. Sólo lo hago por quienes vale la pena sufrir. La intensidad es eso, lo demás no es más que innata estupidez.

Así que, de cualquier forma, he de dar a cada quien lo que necesita, que al final de cuentas no me cuesta gran cosa y, para qué negarlo, tengo un gusto a flor de piel por esta nueva versión de mi vida pero sé que tendrá su valle, ya que ésta es la cresta.

Pero estoy lista.

Aún después de tantas cosas puedo seguir confirmando que yo siempre consigo lo que quiero, tarde que temprano y de la manera que sea. Lo que amo es mío, sin importar que realmente lo sea o no. Lo es. He dicho.