jueves, 28 de septiembre de 2017

courage.

Es como si estuvieras hecho de ópalo y no de ébano, no hay nada en este mundo que me guste más que tú. Te miro y destellas colores que no conocía, colores que nadie ha visto jamás; te miro y el mar se convierte en cielo, mirarte es desearte, mirarte es parar y reducirme a cenizas, con una sonrisa casta, la piel pálida y los huesos hundidos dentro de mi piel... mirarte es querer con todas mis fuerzas nacer otra vez para conocerte antes y así, conocerte más.
La única forma de hacerme feliz últimamente es contemplar esa visión o escuchar tu voz o cualquier forma de magia venida de ti que se le parezca; tal vez tengas razón y lo que me gusta es la complicación que me ofreces sin ofrecerme nada, pero sé que me gusta lo que dicen tus ojos, me gusta la distancia que no permites que exista entre tu piel y la mía... tu piel, tu piel, tu piel...
No sé qué tengan tus manos que tú no reconoces, pero ese encanto diabólico combina perfecto con esta magia marina, tu hechicería y la mía derrocan imperios, salvan al mundo y crean trece más, ¿por qué no puedes dejar de preocuparte?, ¿por qué me lo preguntaste anoche si eres tú quien se contiene? Tú me haces sentir divina, me haces sentir infinita, sublime... suficiente, me haces olvidar que nos vemos enredados en sábanas de mentiras, que nos lavamos con injusticia, y con un par de dulces palabras alejas todo lo malo de mí, la angustia, la culpa, la cobardía y la despedida. Me despido de ti siempre emberrinchada, herida, porque lo único que quiero, con lo que sueño y alucino, es con tocarte, besarte, escucharte y jamás dejar de verte. Jamás.
No sé por qué tengo la desdicha de ser incondicional, de sentir con cada fibra de mi educado e inerte ser, de entregar todo lo que tengo a la obsesión y la llamarada, pero te advertí que cuando alguien se mete a mi corazón ya no sale jamás, cuando algo toca mi alma se vuelve sagrado antes de volverse ceniza (o en tu caso, polvo de oro). Entiendo que dudes de mí y de la gran abnegación que te regalo en cada segundo de mi tiempo, por tu contacto con el mundo lo entiendo, pero no por mí. Existen cuatro caminos detrás de nosotros, y si nos encontramos es porque cada uno tiene dos que elige no recorrer, sin embargo, los dos míos se borraron contigo, clausuré mi corazón para quien más he amado sólo por seguirte a ti, aunque yo sea tu tercera opción y lo único que queda cuando las otras te cierran la puerta.
No me interesa.
Yo te lo entrego todo sin un ápice de vergüenza, y si tú lo que ves en mí es valor, por favor empápate de él y súbetelo al pecho. Mírame, reclámame, estoy aquí.


miércoles, 6 de septiembre de 2017

can you keep a secret?

Dígame algo, señor guardián, ¿qué es lo que está pasando? Abrió los ojos para mirarme de cerca y me plantó una duda en la cabeza; hágase a la idea, corazón revuelto, de que un mes de seis hermosas noches le regaló la llave de mi vida, y usted vuelve con un horario fijo todos los días. Qué vida la suya, una casa en cada esquina, una mujer para cada día.
No es mi intención ser cruel ni poner el dedo en la llaga, tampoco voy a cavilar en lo evidente y si lo hago es únicamente porque quiero que sepa que usted a mí no me va a dañar aunque me toque con toda la violencia con la que siempre lo hace, usted no me va a envenenar con su boca, me diga lo que me diga; y no es necesario que apriete los labios si me acerco a besarlo, usted no se va a contagiar de mí a menos que... no, yo a usted no podría entrar ni con el más arrebatado suspiro, me di cuenta que ese vuelo fue sobrevendido.
La vida siempre ha esperado más de mí de lo que puedo darle, fallé otra vez en el intento de ser aquella buena persona que se merece que la amen, que le correspondan un beso o que le cumplan un sueño. Soy la mujer que le rompe el corazón a quienes le tienen fe porque no le parece suficiente, soy la mujer cuya lealtad fue vandalizada y rota por ella misma, y que sigue describiendo como si hubiera sido culpa de otra persona... soy la mujer que se aferró a usted, ahí enfrente de todos, soy la mujer que se lo roba y lo culpa por no poder quedarse, ¿lo ve? No me merezco que usted me hable como lo hace, no me merezco que guarde secretos y se sienta mal por eso. Usted ya era lo suficientemente complicado sin esto, con toda esa violencia sacudiéndole la mente y sin embargo está aquí, tocándose el corazón por mí, bajando la guardia para sentarme en su regazo, ¿no ve quién es el monstruo aquí?
Le vine a advertir que no me cuide, diablo guardían, que no se aleje de su casa por esta mujer; no me pruebe, siga apretando los labios cuando me besa, siga poniendo toda la resistencia que pueda, siga negándolo todo cuando me vea: deje de tomar riesgos, deje de jugar así, porque si usted me entrega un poquito de su corazón, yo le entrego mi vida entera, y le puedo asegurar que nunca más será libre de mí.
Le agradezco la emoción, le agradezco esa oscura ambición que me separa cada día del príncipe de las tieneblas y su más poderoso 'demás', para que no sea su sierva y usted me convierta en su reina, aunque sea por un par de horas... gracias por la conexión, gracias por la esperanza... caballero, advertido está.