martes, 25 de diciembre de 2018

You just don't want to be alone

¿Para qué sirven los ojos cuando ya no pueden mirar? He encontrado las palabras correctas una y otra vez, he recorrido los caminos que ahora están cerrados y he sabido lidiar con el clima de la cima como con el mar de fondo: nunca he hecho más que resistir y seguir sonriendo, pero una pregunta se asoma con sus signos afilados, clavándoseme en la espalda desde la memoria: ¿para qué tanto esfuerzo?
Perdí ya la inspiración que me había dejado sorda, perdí la figura por la que casi doy la vida, perdí la familia que me la regaló; perdí la obsesión, la disciplina, la confianza, ¿qué me queda para ofrecerte?, ¿qué me queda ya más que maquillar lo que soy y sostener lo que queda con estas manos cansadas?
La idea me atormenta, me fulmina, no puedo seguir pensando que algún día voy a poder ser lo que creo poder plenamente y sin medida, que tendré en mis brazos una obra, un éxito, un hijo, un amor. No puedo seguir pretendiendo que a alguien le importa, que no soy el bagazo, la segunda o la tercera opción, que soy menos que la sombra de lo que parece que soy.
Se me agotaron las ganas, se me murió el amor: me lo mataron a balazos, ahoro sólo quedan fotos de lo que fue una mujer creyente de su pasión y sus letras, la mujer que se aferraba a ello con todos los huesos y el alma.
No te culpo, mi vida, ¿quién podría amar este desastre?, ¿quién podría darle más que palabras bonitas a un ser errante?, ¿quién por voluntad propia, elegiría algo así?
Tienes razón, no te arriesgues a infectarte, no dejes de prevenir que nuestras sangres se mezclen, pues mi estirpe está condenada y no, no tiene ni tendrá jamás una segunda oportunidad.

domingo, 9 de diciembre de 2018

Lucky strike

Nunca he sido buena para detectar intenciones de cualquier tipo, estrechas o paralelas. No se trata de que no pueda ver a la gente mala o que mis ojos se cierren ante la desvergüenza pero, ¿qué podía hacer contigo? Si tú y yo nos vimos crecer desde lejos como hacen el cielo y el mar, ¿qué podía hacer entonces? 
Había dejado de creer que podría llegar a algún lado con mi fe ciega, con este convencimiento de que al final todo saldría bien y quise volverme fría.
A veces no sé qué hacer con el miedo ni con las dudas, nunca habían cabido en mí y me las sembraron a fuerza; vi todo lo malo pasar, vi todas las luces apagarse, fue por eso que no te encontré antes y quizás haya sido lo mejor y si no, ya no es importante.
La vida a veces guarda regalos para quienes saben esperar, y yo esperé tanto por ti que eso justificaría toda esta felicidad. Me revuelve las entrañas y me enciende poco a poco, y por eso debo decir la verdad: no soy la persona más tranquila, pero soy transparente como la que más; no sé ocultar cosas, ni mentir, ni guardar nada que no deba guardar.
No soy fuerte, ni tengo mucha idea de cómo ser feliz o siquiera de cómo quitarme lo triste, pero he estado ahí, en el punto más bajo y he regresado aquí por más. 
Nunca he podido desviar la mirada a los que me quieren y jamás me he guardado lo que siento, aunque esté mal o me duela, o me explote en la cara y por eso estoy aquí.
No tengo las mejores palabras en la boca, solamente las que leo y las que escribo, me da miedo decir algo malo, hacer algo mal, no porque tenga malas intenciones sino por todo lo contrario, porque, como siempre y ante todo: en teoría quiero saberlo todo, y en la práctica no sé dormir sin asustarme, caminar sin perderme o querer sin equivocarme. Y sin embargo, gracias a eso dentro de mí no tengo nada más que pasión,por todo lo que no conozco y por lo que no sé hacer, porque quiero saber qué se siente morirme contigo o morirme de ti. Por eso estoy aquí, por ti. 
No me abandones, no me duelas, no me dejes. Y yo te regalo todo esto, todo lo que tengo y todo lo que puedo dar.