lunes, 27 de marzo de 2017

Death wish

Muerte, llévame ya y abrázame fuerte. Pégame, destrózame con esa voz, ese desenfreno y ese fuego, mi amada y dulce muerte, mi mordaza: la norma y el cronómetro, préstame mi suerte sólo un día, concédemela; permite que sus ojos oscuros se roben los míos, que su boca vuelva a contarme sus secretos en medio de la oscuridad, que su piel vuelva a romperme todas las cadenas en una, una por una, tres y ninguna, de una sola vez.
Muerte, que me eres más fiel que la vida, que me sigues a donde vaya, que me invades y me expulsas, por favor clávate en mí y cuando lo liberes, poséeme, arráncame de mí... exprímeme de mí, húyeme.
Cómo quisiera tener el valor de confesarle que estoy aquí rogándote como si fueras una santa, que me lo traigas un segundo, cómo quisiera explicarle lo mucho que me hace falta y cómo quisiera que lo pudiera entender pero nunca será así.
La luz se fracciona en miles de posibilidades, eso dicen, realidades infinitas y colores desconocidos, pero yo prefiero la oscuridad que le hace los honores, a mí me gusta su momento clímax, me cautiva con su poder, ¿qué puedo hacer? No me es suficiente. Solamente corro si es detrás de lo que no puedo alcanzar y busco solamente aquello que me evade o me pierde (hipnotiza, arde, corroe) dentro de sus venas, para ahogarme. Esta vida no sólo me habla con su voz, me apuñala con las esquinas afiladas de su garganta y su música mágica; me disuelve en sus pulmones cada vez que respira porque de eso estoy segura, él me respira.
Por todo esto, muerte dulce y pequeña, necesito que lo protejas, déjame verlo una vez más y luego quítame de su camino para siempre, porque mi vida es un castigo para él y para mí. Ya no soy tan elocuente y nunca he sido valiente, ya no soy lo fuerte que pude ser y, por supuesto, ya no tengo nada qué perder, ya todo te lo llevaste, silenciosa muerte, y por todo lo que me has quitado solamente quisiera un segundo para ser lo mejor que me alcance la vida para ser. Ironías y desvergüenzas por gracia y alta presencia, ¿qué dices?
Mira, muerte, nadie me conoce como tú, nadie me llena tantos espacios vacíos; y si no puedes devolverme a los padres ni a los hijos, una vista o una playa, solamente dame un día en que nada salga mal y la energía no se me devuelva echa añicos, ese día nos enfrentaremos: tu quijada contra la mía.
Te desafío porque aquí estoy, mordiendo hasta lo que no puedo tener y, si un día tú me haces polvo, "polvo seré, pero polvo enamorado".

martes, 7 de marzo de 2017

Dust to bloodcells



Los seres se forman de barro y luego son embestidos por la palabra creadora, todos lo sabemos de una u otra forma; todos lo hemos visto, todos hemos llamado al movimiento y lo hemos sentido alguna vez. Algunos huyen de él apenas escuchan su nombre, otros simplemente lo dejan ser. Algunos más, resistimos ante su toque rosado, pequeño y suave… ardiente y palpitante como la vida, porque es la  vida, no sólo tejido e incontrolables inercias. Resistimos hasta donde nos es posible o hasta donde nos dan la oportunidad.
Empero, hay un secreto que sólo la resistencia sabe guardar, ahí oculto bajo la vergüenza del alivio, ahí oculto bajo el desorden de todo lo demás: tal vez es demasiado bello. Tal vez nos equivocamos. Definitiva y estrepitosamente.
No le he llorado más que una sola vez a esa razón y no le lloraré jamás a otra, porque se me partiría en cachitos la poca fuerza que desearía tener pues tan sólo, al escribir estas palabras, se me clavan las costillas en el corazón, el pecho se me hunde, mi cuerpo se encorva y mi mente no da para más. ¿Qué es lo que necesito? Correr y sacarlo de aquí, absorber el poco aire que me queda para decir que lo siento, lo siento, lo siento tantísimo.
Mis seres se formaron con estrellas, con momentos felices, con sombras en lugares públicos, y ahora esos seres que no pude mantener, que no supe guiar y que no pude querer me miran con desprecio desde no sé dónde, me vigilan y me señalan con el dedo. No lo pueden creer. Se dice por ahí que una vez que te abres ya no te cierras, que una vez que te equivocas solamente puedes volverte a caer, más abajo y más profundo, mientras sigues soñando y esperando: esperando, deseando, alucinando que verás el sol salir otra vez.
El cristal explotó y los peces se derraman por las escaleras, agitan las colas y abren los ojos, se retuercen y gritan piedad por lo que les queda. Todo al paso del volcán se ha secado, todo al paso del huracán quedó podrido; todo al paso de la energía, del arrepentimiento y la resignación… todo, todo se quebró. – La espina retrocede de un latigazo, el corazón es apuñalado por la espalda- Si la misión de mi vida es resbalarse por mis piernas, si la razón de mi vida es cobrarse la que dejé ir, por favor alguien dígale que me rindo, que ya no respondo, que ya no puedo seguir. Dígale al destino que lo pagué, que ya todo lo pagué. Se llevó el mayor de todos mis sueños, prometiéndome que iba a volver, y me morí esperando a la vida, morí esperando que volviera a nacer.

Ashes to ashes, dust to sidechicks.