sábado, 30 de abril de 2011

Cuando algo se desploma, hace que todo se derrumbe con él.

Siempre sucede, siempre ha sucedido, desde que un movimiento del destino me colocó en este mundo, desde ese instante ha sido así, como si todas las cosas en mi vida estuvieran encadenadas, unidas inexplicablemente unas a otras, y entonces, cuando algo malo sucede y una de esas cosas se desgrana, hace que todo lo haga también, jala todo hacia abajo...
Mi vida y su maldito efecto dominó.
He pasado por el mismo proceso toda mi vida, nacer y renacer, vivir y revivir, morir y volver a morir, pero, a este punto, si sucede ya nada lo podrá solucionar. O al menos eso creo, simple y sencillamente porque lo que antes sucedía no era realmente muy grave, eran meras tonterías comparadas con lo que está sucediendo ahora. Ya no se trata sólo de mí... esta vez se está desgranando TODA mi vida.
Todo comenzó con mi familia, que era, básicamente, el eslabón más grande de todo, luego mis amigos, ahora... ¿mi padre?
No. Es sólo la estúpida idea lo que me hace imposible respirar y pensar, algunas veces, es mi padre, no puedo concebir siquiera que algo malo le pase, suficiente daño me ha hecho que se fuera de aquí, ¿qué me va a pasar si se va de todo y para siempre?... ¿qué le va a pasar a mi madre?, ¿qué le va a pasar a mi hermana?, ¿qué le va a pasar a mi vida?
¿Voy a tener que verme forzada, incluso, a soportar eso TAMBIÉN?, ¿me van a obligar a sostener eso en mis espaldas también?...
Es verdad, sí, que mi madre es el doble de veces más frágil que todo el mundo, que no es más fuerte que yo y que no le queda nadie más, estoy dispuesta a aceptarlo, a tratar de hacer que todo sea bello y bueno para ella, entregarme a sus deseos suprimiendo los míos, darle mi cara más dura, la más fuerte que tengo, negarle de todas las formas que existen que estoy sufriendo para que no se sienta peor, pero con ESO, ¿cómo voy a poder ayudarla con ESO? no sería justo.
No sé por qué, después de tanto tiempo, no puedo entender que la vida no es justa. Soy demasiado imbécil, tal vez.
Pero como todo el mundo sabe cómo es mi madre, toda la vida se me ha forzado a negar que yo también soy así, y esta vez se me dio la ORDEN de mantenerme fuerte por ella, de, básicamente, cargarla en mis espaldas como si a mí no me doliera nada.
Y si las cosas empeoran... ¿qué voy a hacer? Quizá llegue un momento en que explote, que me canse de llorar a escondidas, que me muera de pronto o que me trague el cuento de que puedo con ello.
¿Quién puede con la soledad?, ¿quién puede contra la muerte?... ¿Quién puede fingir que puede?, ¿por cuánto tiempo?