jueves, 3 de febrero de 2011

¿La persona o el personaje?

Su nombre es Bratislava Zaitséva, es un personaje, ella no existe, a ella la hice yo un día que buscaba una protagonista, una princesa berrinchuda y manipuladora, una belleza rara y completamente egocéntrica. La hice con la magia de la soledad y debajo de la sombra de mi propia ingratitud, porque sé que el autor sólo sabe escribir de sí mismo, al mismo tiempo que le gusta plasmar en su héroe de papel todo aquel delito que tiene la prudencia de no cometer. (Nótese Anthony Burgess y Milan Kundera)
Ya no tengo excusa suficiente, no soy Bratislava NO LO SOY, ella no soy yo, pero tenemos más en común de lo que yo quisiera admitir.No quiero dejar que me posea y que afecte todo lo que soy YO porque sus límites no miden más que una hoja de papel tamaño carta, su sangre no es más que la tinta de un bolígrafo y yo... yo no puedo dejarme vencer por esa parte de mí que, quizá, solamente quiere salir a ver la luz a como de lugar.
No tengo ni el coraje ni las intenciones de Bratislava para hacer lo que hace y, sin embargo, SIENTO muchas de las cosas que siente, ODIO muchas de las cosas que ella odia, y me DUELEN las mismas cosas que a ella.
Pero su León nada tiene que ver con mi Omar y eso lo tengo que ENTENDER, aunque a veces decaigo por mi propia locura y ya no puedo ver el límite, a veces siento que se me ponen los ojos en blanco cuando escribo... Esta pasión me poseé.
Y ya no puedo pelear contra ella.
Odio y amo mi vida paralela, esa persona fría y asombrosamente detestable que soy en el papel, pero quiero que se quede en ese mundo, que se deje de tonterías... ya no soy tan joven ni tan creativa ni tan estúpida como para dejar que (de nuevo) mi fantasía trascienda y destroce todo lo que me ha costado tanto construir en el mundo REAL.

Ahora sí ya estoy completamente loca.

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