viernes, 11 de febrero de 2011

Uno solo

No sé qué fue lo que hice bien en la vida pasada o en esta porque, de pronto, mis sueños más locos, mis deseos más honestos y profundos y mis más hermosas fantasías se hicieron realidad. Nunca imaginé que ese día llegaría, nunca pensé que fuera a ser ese día ayer y mucho menos pensé que fuera mil veces más hermoso y especial que todas las veces que soñé con él.
Tú y yo, fundidos en una sola realidad, un solo instante, una sola escena de la gran obra de nuestras vidas, una que compartimos, que nos hizo desafiar la gravedad, la insistencia, la paciencia, la vida... toda nuestra fuerza y toda nuestra pasión unida, desbocada en el momento ideal. El momento para el cual nuestra esencia humana fue hecha.
El momento en el cual nuestras almas se separaron de nuestros cuerpos y se unieron en una sola constitución (humana, espiritual, toda), como estaban antes del principio de los tiempos, como fueron hechas: almas gemelas, juntas, que fueron separadas y depositadas en nuestros cuerpos. Estos cuerpos, que, al unirse, desataron el alma y el alma volvió a unirse, para siempre, para nunca separarse, porque así es como debe ser.
No hicieron falta palabras, ni tampoco un alarido de dolor; no hizo falta invocar un recuerdo de hielo, del que ya no queda nada; no hizo falta todo el miedo que encarcelaba mi alma y cerraba todo mi cuerpo para no dejarte entrar en él, como si fueras un ladrón o un babndido dispuesto a hacerme daño... no hizo falta esa fatal equivocación; no hizo falta nada, porque el momento fue perfecto.
Ya no quiero, ni puedo, estar separada de ti. Porque una vez que mi alma probó a la tuya, una vez que se reconocieron como UNA SOLA, ya nunca más va a poder dejarte. Eres mi complemento perfecto, el paraíso, el sol, tan grande como todo el universo, un universo que ya no cabe sólo en mi corazón.
Ya no puedo, ni quiero estar separada de ti. Porque una vez que mi cuerpo probó al tuyo, una vez que se reconocieron como UNO SOLO, fluyó la adicción a ti por mis venas, venida desde el fondo de mi corazón, fluyó toda la magia que hace depender mi felicidad de la tuya, fluyó toda mi vida y se mezcló desde el principio con la tuya, ya no hay pasado ni hay futuro, eres solamente tú.
Te quiero conmigo para toda la vida. He dicho. Eso es lo que quiero, no quiero nada más, porque yo te amo, eres sólo tú, solamente tú.

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