La verdad es que ya estoy harta de tener que pasar por estas cosas. A él se lo redacté brevemente en cuatro cuartillas (y pronto serán más) pero, honestamente, ya ni siquiera sé por qué lo hago. No sé si pueda sobrevivir a todo esto, vivo con tres hoyos negros que absorben mi energía, ya ni siquiera tengo amigos y la entereza se me agota más cada maldito momento que pasa.
No sé qué es lo que hay para mí en este mundo, a veces creo firmemente que no tengo razones para estar aquí, y otras creo que sigo aquí para descubrirlo. No quiero ser pesimista, no está en mi naturaleza pero la verdad es que no estoy segura de qué es lo que debo hacer ahora.
Y él...
Bueno, ahora sé perfectamente cuál es el protocolo a seguir con respecto a lo sucedido con él y va a ser incómodo y me va a doler pero, ciertamente, es preferible a todo aquello que no era real, ni plausible, ni siquiera legal.
Él nunca debió cruzarse por aquí. Quiero que me olvide, no quiero que cargue conmigo porque peso mucho (en todos los niveles) y él no se merece eso. Bueno, ¿yo quién soy para decirle a él lo que se merece y lo que no? Sólo creo que no sería justo...
Sabemos que olvidarlo no es una opción para mí. No soy de ese tipo de personas. Para olvidar algo como la catástrofe que ese ente humano masculino le trajo a mi universo, lo suficientemente complicado en sí mismo, tendría que volver a nacer. Imposible en todos los niveles.
En fin, así las cosas deben ser.
1 comentario:
Brrrr, no puedo creer que se parezca tanto a lo que he vivido hace poco :/
Definitivamente, tenemos que hablar nena!
A mí sí me importas.
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