martes, 29 de junio de 2010

Amistad que terminó: Amistad que nunca existió

Odio decirte esto.
Tú sabes que yo no soy de las personas que olvidan, sabes que no soy y nunca seré de algún tipo específico de persona pero, más allá de lo que un ser humano pueda pensar y decir de sí mismo, uno no puede exitir sin otros. Para bien y para mal.

Como un día, alguien a quien admiro sobre manera, mencionó: "cuando yo amo a las personas, las conservo para siempre" y, desafortunadamente para ti, así es como soy.

Sé que te hice mucho daño y, peor aún, ambas sabemos que lo hice a propósito pero, lo que tú no sabes es que me arrepentí, que pagué por ello de mil y un formas y que, honestamente, no sé si algún día tú puedas entender del todo. Sé que tardé mucho tiempo en admitir lo que hice, sé que tardé mucho más en recobrarme de la culpa pero, afortunadamente, lo logré.

No sé si en algún momento pueda, por completo, describir lo que siento en este momento... yo sé que hay momentos para aceptar que las personas se han ido, que hay que seguir nuestras vidas y todo lo demás pero el adiós no es, exactamente, mi fuerte.
Yo no quería renunciar a ti ni a todo eso que sugiere tu presencia en mi vida, porque contigo tenía fuerza, porque contigo era yo misma (más o menos) y me sentía feliz... Después, el tiempo hizo lo suyo y arruinó las cosas, igual que siempre. Allí era cuando todo aquello que nos dijimos y nos juramos probaba su autenticidad. Y lamento ser yo, precisamente, quien hable de "la verdad", sé que soy la persona menos autorizada para hacerlo pero así fue.

¿Recuerdas que sucedió? Me sorprendería que sí, pero bueno, no fue nada bueno. Era yo, llegando a tu casa, bañada en lágrimas, suplicando por un poquito de lo que hubo alguna vez. Después, entendí que (aún cuando yo no pertenezco a tal o cual tipo) tú no eres del mismo tipo de persona que yo, y que para ti mi presencia no era tan cruelmente necesaria. O tal vez sí seas de ese "tipo" y el problema era yo. De cualquier manera, puse distancia de por medio y el tiempo hizo lo suyo.

Así que ahora aquí estamos (de alguna forma) y mi corazón sigue acelerando pulsaciones cada vez que nos comunicamos... No quiero decir, de ninguna manera, que todo se acabó porque no es así. Tú siempre vas a ser una parte gigantesca de mí, algo que yo no cambiaría por nada, pero después de todo, yo siempre sólo seguiré siendo... yo. Y no existe nada que yo pueda hacer al respecto.

En este punto de nuestros caminos se abre un abanico de posibilidades pero ningún camino incluye a las amistades del pasado, pero sí incluye el cariño y ese, a pesar de que ya todas las cosas que hacían de nuestra relación una amistad se hayan desvaído y muerto, nunca te lo vas a sacudir. Aunque quieras.

Yo escribí el evangelio sobre el arte de rendirse pero, cuando se trata de MIS amigos (aunque ellos no me consideren amiga suya) yo sí daría mi vida.
No que a alguien le importe, pero...

No hay comentarios: